lunes, 29 de diciembre de 2008

Fantasía para adultos



Una era hubo en que al mar se le llamaba La Mar, remota edad de la Tierra parturienta, estremecida y convulsa, pariendo criaturas bellas y abortando otras, que no se sabe bien; porque hay cosas en este mundo para las que no se tiene respuesta.
Como la Tierra, La Mar también gestaba y daba a luz. Fue así como le nacieron los hijos. Príncipes y princesas fueron los hijos de la reina Mar.Todos nobles en su estirpe, altivos y soberbios; pero ninguno lo fue tanto como la princesa Cariba.
Nació bella, despertaba la envidia hasta de los mismos dioses ; pero un Dios bueno, no se sabe cuál, la protegió contra esos bajos sentimientos y le regaló tres dones que hicieron de la princesa un ser excepcional y maravilloso.
El Dios le dijo: " Te regalo la belleza eterna ". Y así fue. No ha habido descendiente hembra de La Mar, más hermosa que Cariba. Esbelta figura de talle cimbrador, enhiesta y fina; dorada piel de azúcar, larga cabellera verde trenzada en nudos mágicos con aroma a trópico y la sonrisa más linda adornando la faz morena a puro sol.
Así de bella era Cariba.
Y el Dios le dijo: "Te regalo la voluntad".Y así fue. Carácter indomable el de la princesa que la hizo independiente y segura desde que alguien por primera vez le dijo NO ! Estoica, rebelde, pedestal férreo; firmeza única para impedir ser quebrada en la voluntad.
Y el Dios le dijo: "Te regalo la valentía".Y así fue. A nada ni a nadie temió jamás la princesa. Se enfrentó serena a las situaciones más desconcertantes y siempre salió airosa.
Brava señoría, desafiante, a fuerza de valor se abrió sus propios derroteros hacia la luz, como si la Tierra o La Mar parieran estrellas en lugar de hijos.
Cuentan que no se casó Cariba; porque no permitió que le mutilaran su libertad; pero tuvo amores, no con un príncipe; dicen que su amante le ofreció amor eterno si renunciaba a sus riquezas y ella aceptó por amor.( Hay quien dice que sí era un príncipe; pero no de las aguas, sino del fuego).Tal vez sea cierto; porque sin matrimonio han juntado sus amores y les han nacido hijos de agua y de fuego, que bellos y soberbios como sus padres, se han regado por el Universo.
Todavía al mar se le sigue llamando La Mar cuando a algún poeta o príncipe se le antoja y a veces tiene partos tardíos o prematuros, que no se sabe bien en este mundo de Dios, qué nace y lo que está por fenecer; y entonces se estremece el planeta. Cariba, vieja y fuerte como las piedras, siente los estertores y se parapeta en sus fortaleza; a veces se le oye gemir y otras, canta como sirena y sus canciones son violines que recorren la Tierra y el Mar anunciando la vida que nace y sus ecos gritan desde la profundidad de sus raíces, la historia rebelde de la leyenda de una hija de La Mar, que renunció a los príncipes para vivir del lado del fuego y exhibe con modestia su belleza eterna, su valentía y su voluntad, regalos de un Dios bueno cuando ella nació en el fondo de La Mar o de la Tierra,que no se sabe a ciencia cierta porque así son las historias viejas.

CLASIFICADOS


Si le pides al corazón que ame, que llore, que cante bajito para darse a los demás y no te oye: lo llevas enfermo y no se curará.Ya se te rompió el corazón.

Para esperar: la paciencia y la vida. Para desesperar tómate la vida con impaciencia. Lo que esperas con impaciencia te llegará cuando te hayas tomado toda la vida. Aprende a esperar.

El poder de una lágrima: liberar a tu cuerpo de la gota que ha saturado de sal tu vida. Déjala correr.

Las alas crecen solamente en los hombros del que sabe volar.

No te calles lo que piensas. Más que a la lengua, te mutila el alma.

Cuando quieras ser luz, solamente abre la ventana.

Si por amor te diste y perdiste; no lo lamentes. Amando se gana.

Tu mundo será del color que tú quieras. Píntalo.

Para liberarte de una pena solo tienes un camino. Suéltala.

El llanto calma cuando es en silencio y a solas.

Si al acabarse el día sientes que has perdido un día de tu vida, es porque no lo has sabido vivir.

Si siembras trigo tendrás pan. Si cultivas cardos tu pan tendrá espinas.

Si estás lleno de ausencias es porque malograste las presencias.

Un buen enojo vale por cien malas complacencias.

Cada mañana el Sol te regala luz: estrénala.

La soledad es la cosecha de un mal sembradío de amistad.

Vivir en tu tierra es tener madre que te amamante. Lejos de ella beberás de pechos secos.

La traición te cobra sin que le pagues.

La felicidad es un ave rara. Se posa brevemente. Disfruta de ella sin pretender atraparla.

Despiértate con ganas. Dormirás cansado.

La ternura te pone muros: ¡ Sáltalos !

Piensa bonito y vivirás bonito.

Se respira mucho mejor en la cima de una montaña alta aunque te cueste ascender hasta ella.

Con la mentira envileces; con la fantasía creces y con los sueños vuelas.

Nunca digas hasta aquí me trajo el río. Di: hasta aquí llevo mi camino.

Ríe de adentro hacia afuera.Verás qué limpia sonrisa. A la inversa es una máscara.

Mientras más cerca, más lejos: la vida. Mientras más lejos, más cercanos: los sueños.

¿A qué huelen los maestros?


Un día descubrí un olor nuevo: el olor de un maestro.
Ni lo imaginaba, lo confieso.
Sabía de memoria de olores a niños
y de esencia a lirio prendida de sus besos.
Los maestros , a veces, nos olvidamos
de que no nos pertenecemos;
entonces ocultamos el rostro
detrás de libros abiertos
y ponemos broche a las puertas
para pensar y llorar por dentro,
sin imaginar las ternuras
que tras ellas se encierran ...
- " Te digo que la maestra está aquí. "
- " No, la puerta está cerrada. "
- " Huele, huele y ya verás. "
- " No reconozco un aroma especial. "
- "Yo sí:
Cuando se acerca a tu pupitre notas que una fragancia te llena; si acerca su cabeza a la tuya sientes como un mareo de carrusel; si te acaricia, tu piel se llena de ella; cuando te regaña huele a almendras; si te lleva de paseo huele a lirio; a veces tiene olor a baúl, otras , a libros viejos; en ocasiones transpira a hojas secas; el otro día olía igual que mi muñeca y una vez noté que parecía un papel de regalo. Cuando ella se acerca huelo tabaco, café , fruta madura ... Dice mi mamá que es porque yo la quiero; pero yo pienso que no es sólo por eso, porque cuando me regaña no la quiero tanto y sin embargo me huele a lo mismo."
Yo, tras la puerta escuchando
lo que debía y lo que no debía.
Mi mal día se convirtió en bueno
y los sentimientos feos
se me salieron fuera del pecho;
y se cobijaron en mis ojos
convertidos en lágrimas.
Tal vez fue el secreto descubierto
tras la puerta cerrada.
La puerta abierta y mi aula repleta
y yo provocando a mi niña indiscreta.
" Hablemos de olores " - Mi oferta.
Y todos hablando de bellezas.
Mi niña callada y yo tratando
que sus palabras se descubrieran.
Y entonces con ternura nueva
recién descubierta:
" Usted me huele a lágrima,
querida maestra ".
Ahora ya sé a qué huelen los maestros.
No se enoje si un día un niño le dice que
usted huele a sucio. Mírese por dentro.

DIARIO DE UNA ROSA


El botón

Soy el botón de una rosa, mis pétalos pugnan por abrirse al sol; una mariposa me ha rozado hoy tan levemente que su beso me acarició. Presiento que seré una flor feliz.

Metamorfosis

Comienza a desperezarse mi corola. El rocío fresco de la mañana me ha lavado la cara. Un bostezo me despierta del sueño de la infancia floral; comienza el camino hacia una adolescencia de una flor hermosa.

La rosa

Mi corola abierta ya no es una promesa, roja, sangre en pétalos es mi belleza. Soy una flor despierta desplegando su esencia.



La caricia

Una niña huérfana ha olido mi esencia. Sus deditos sucios dibujaron mis pétalos sin mancharlos; sobre la rama del rosal sigo siendo una rosa que tiene el calor del sol, la humedad del rocío y la ternura de una manita mugrienta.


La muchacha

Una muchacha enamorada quería guardarme en su cartera y un pajarillo cantor hizo nido en ella. Mi corola abierta y enhiesta, sigue siendo un atentado a la belleza.

El viento

Un viento fuerte ha sacudido mis pétalos y el rosal ha temido por la rama que me sustenta; pero sus raíces se aferraron a la tierra y ha defendido mi soberanía que esparce su aroma en la brisa que sucumbió a mi esencia virgen de rosa recién abierta.



Ensañamiento

Una mano ruda ha cercenado del tallo tanta belleza. Como un trofeo me lleva y me huele. Se estremece la rosa entre unos dedos temblorosos ¡Oh, destino incierto de una rosa !

Optimismo

Sigo pensando que la felicidad permanece en la rosa.

El milagro

La mano ruda se tornó violeta y sobre el pecho de una madre huérfana de hijos, colocó la rosa. Ahora más bella como prendedor, ¡ parece una estrella !


Rosa en concierto

Escucho música de corazón contento, viene de allá dentro... la melodía de este pecho es un concierto.

Como un relicario

Ahora no soy más que una rosa seca entre las páginas de un libro de una muchacha vieja. Sigo siendo la rosa feliz de otros tiempos cuando el beso de una mariposa le predijo, en secreto, un pecho de madre para perfumar como prendedor. Mis pétalos intactos sin la belleza de los colores, duermen entre las páginas de este libro como un relicario. A veces me humedece el rocío de una lágrima tibia, me despierta, y esta rosa recuerda cómo una mano ruda se hizo tierna, aquel día en que me despojó del tallo, para exhibirme sobre el pecho de una madre buena. Sigo siendo una rosa feliz. Mi diario está abierto y pueden escribir en él todos los que me lean.

La rosa.

Una nueva página abierta

Hoy he leído un texto......

Aquí pueden escribir lo que les haya inspirado este cuaderno que a pesar del título, los sentimientos son auténticos y nada locos. Gracias.

martes, 25 de noviembre de 2008

Historias indefinidas de mar y tierra



En playas de nadie o de todos; en arenas de alguien o de ninguno; en tierras propias o ajenas: la gente habla. Gentes de cerca o de lejos; gentes de aquí o de allá, simplemente gentes. Y la gente habla de las demás gentes, de las cosas y sucesos. Así, entre gentes diversas, en playas, en arenas, en tierra; de nadie o de todos, de alguien o ninguno, propias o ajenas, las historias crecen y esta, creció tanto que todavía se cuenta. Un narrador contagiado desplegaba así su imaginación:
"Naufragio como aquel no ha habido otro. El barco era la casa para los hombres de mar. Navegaban por meses y le robaban al año algún día para visitar a la tierra. Entre azul y azul compartían tiempos hermosos para el amor, el trabajo y la amistad. Seguros y confiados navegaban por la inmensidad del sosiego profundo. Era el barco hogar de verdad, cobija para sus sueños bajo el techo de estrellas y Luna y calor de familia para los cuerpos enteros y salados; maderaje oscilante para los pies firmes; familia marinera sin fecha para puerto, unida en la trvesía y feliz en los breves desembarcos... Fue culpa de la tormenta, negro de noche cerrada sin una estrella, diríase que una fiera oscura abrió fauces y estremeció a dentelladas, el velamen; en tiempo más corto que los segundos, se perdió. La embarcación se deshizo entre el rayo y su luz. El viento arrancó el maderaje y las aguas turbulentas de un mar enojado y poderoso, se lo tragaron insaciables. Cuentan
que después de la tormenta, en la negrura de las olas, los cuerpos flotaban hermosos y muertos, a merced de la inmensidad. Algún sobreviviente se aferró a la fuerza de la vida más que a un milagro, por asidero y por ahí anda sin barco, ni casa, ni familia de mar que eran sus raíces, perdido en la tierra que se negó a albergarlo y dicen que en las rocas de la costa se le oye gemir, pidiendo al mar que le devuelva la vida. Fue horrible..."
"¿Eso es todo?" - Dice, con la mirada perdida y ausente de realidad, uno que en silencio ha escuchado el relato.
"¿Te parece poco, vagabundo? Te estoy hablando de un naufragio. Una historia verdadera del mar."
"Yo conozco de naufragios."- Afirma el vagabundo. Toma el hato sobre sus hombros y desentumece sus miembros de la carga del cuerpo. Erguido ante el narrador parece más viejo y moreno que antes. Los ojos sin brillo hieren la luz. Es un desterrado y un náufrago.
Simplemente son historias de mar y tierra que han crecido sin haber nacido y que han muerto sin haber vivido. Historia de historias indefinidas en playas de nadie...

LA PARADOJA


Los seres humanos a veces se comportan como gusanos, son especie de generación tardía donde la indiferencia hizo nido para la mutación. Mundo infinito creado por Dios para ofrecer un lugarcito tibio a los vivientes, incluyendo a los gusanos, que exceptuando por la repulsión que causan, debieran tener mejor calificativo y en la soberana comparación ganan en clemencia ante los ojos del Señor.
Yo lo vi.
En una calle de esas de ciudad grande que son de todos o de nadie; pero anchas y libres para hombres, para gusanos, para bestias y para el amor, yo lo vi. Digo de ese amor que anda suelto cabalgando lo mismo sobre elegantes de leontinas de oro, que susurrando dádivas entre harapos, digo de ese amor para no confundir a los gusanos. Así es el mundo. Grande y pequeño. Amplio y estrecho. Entero y roto. Donde todo cabe y todos cabemos, al menos así debía
ser.
Yo lo vi.
Un viejo extraño y ajado, con los ojos demasiado grandes para sus órbitas pequeñas, tal vez por el hambre o el frío, quizás por el desamor. No pedía dádivas el triste viejo, las recogía de lo que sobraba de las sobras que otros dejaban. Infeliz viejo sin nombre, sin calle. Feliz viejo estoico de sonrisa maltrecha, inocente y ajeno.
Yo lo vi. La prepotencia enfundada en traje de hombre; hombre despiadado y miserable sin la funda de su traje. La boca grande como fauce mascullando ofensas al desvalido.Tiranozuelo tonto creyéndose Dios y oliendo a colonia cara. Cerró esposas en las frágiles muñecas del vagabundo; un volcán sucio de improperios fluyendo de las fauces abiertas y babeantes: "Prohibido recoger dádivas. Contravención al orden. Desvergüenza para la calle. Mancha para la sociedad. Hedor para el aire."
Yo lo oí.
Y el gran ser humano bajo los harapos llevado en andas.Y el pobre viejo sin calle conducido por la fuerza.Y el pobre hombre cubriendo su vergüenza con excusas mientras los ojos marchitos relampagueban. Era una cacería para el buen nombre de la calle de todos y de nadie. La fiera conduciendo al hombre para ser devorado por el desamparo. Era la soberbia y prepotencia de un gusano que parecía humano llenándose de euforia por un acto de seguridad.
Yo lo vi.
La calle se puso triste como si una carroza fúnebre condujera a un rey muerto hasta la cripta de mármol. Un silencio respetuoso acalló la orgía.
Yo lo sentí.
En la otra esquina donde competían el oro y el brillo, un pillo cualquiera traficaba con el pudor y se guardaba el dinero maloliente.Y siguió pisando firme sobre la calle de todos, sin bestias ni hombres tras sus espaldas anchas y su estómago repleto.
Yo lo vi.
Dicen que el mundo es ancho. Dicen que la calle es de todos. El andén perfumado se cubrió de un vómito violeta.
Yo lo olí.

LA ENCRUCIJADA


Mi vieja maestra, mi ejemplo diáfano de la infancia, me enseñó a leer temprano. Con las letras, los números y la instrucción, me colmó de valores tan auténticos como inolvidables. Junto a mis calificaciones diarias jamás olvidaba añadir un mensaje para la Patria. De ella aprendí a encontrar la asencia de la arrogancia de ser cubana y las lecciones eternas de que un buen patriota tiene dos madres: la que le dio el ser y la tierra donde nació; y que es cobarde y vil quien las abandona.

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Crecí. Seguí sus pasos. Me hice maestra.

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Las huellas de mi primera maestra hicieron sendas en mi vivir. Ejemplo de valores para las nuevas simientes se tornó mi hacer, que comenzaba por el amor grande a la Patria que funda trincheras impenetrables y el amor al suelo donde se nace como el más auténtico y altruista. Como yo en mi maestra, el reflejo de ella en otros niños a través de mí.

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Me hice vieja, cobarde y vil.

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Un día cualquiera el retorno. En una calleja de mi pueblo viejo y querido, por donde mis pies saben de andar descalzos y que mis ojos recorren hasta vendados: el encuentro con la maestra de antaño, vieja como las lecciones en mi diario; pero tan digna, bella y luminosa ante mis ojos, como aquel lejano día en que me enseñó la primera letra. Al mirarme en sus ojos supe que un orgullo estoico le inundaba el pecho. " Oh, alumna que superó a la maestra ! Cuéntame de ti. ¿Continúas viviendo donde mismo? ¿ Cómo ta ha ido? Siempre supe que no me fallarías" Mi maestra no sabía... Cambié la mirada porque en sus ojos mi cobardía no cabía y no quise lastimar su orgullo. " Sigo. Me ha ido " - Le dije- Me quedé sin palabras, como ahora sin letras cuando escribo. Un abrazo en silencio fue la despedida.Yo sentí su cuerpo menudo entre mis brazos como si fuera una violeta y tuve miedo de lastimarla.

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Otro día, no cualquiera. Mujeres recién crecidas que fueron niñas en mi pecho, y que como yo, aprendieron de lecciones imperecederas de la seguidora de mi vieja maestra. El encuentro. Ojos en los ojos y la conciencia de mi huida. "¿Cómo le ha ido, maestra querida?"(Sin un abrazo fuerte que hablara de cariño) ¡Cuánta lástima por la mentira! - "Bien"- Ni los ojos en los míos, ni los míos en los de ellas. Ni una palabra de reproche; solo el broche de las pupilas cerrando una ventana por donde se asomaron, por primera vez, a la grandeza de la vida.

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Encrucijadas de mi vida. Faltó el valor para hablar de cobardías. ¡Qué orfandad más terrible la de andar con la mirada escondida ! Por ello busco incesantemente un buen motivo nuevo para ganar alguna batalla aunque no justifique mi guerra perdida.

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¡Me sobra coraje por tanta cobardía!

lunes, 24 de noviembre de 2008

Nostalgia en Do mayor en clave de Sol



Cuando niña tuve un libro de cuentos de autores diversos. Creo que volando con la imaginación entre las historias que leía fue naciendo en mí el deseo por escribir. Todavía sigo leyendo.Todavía sigo volando y a veces me atrevo a escribir proyectos que se quedan guardados en la maraña de mis sueños y juego con ellos y hasta me los creo.
En ese libro que cito aparecía un cuento que por extraña paradoja, se convirtió en mi realidad. La historia, en síntesis, contaba sobre un pajarilo y un viejo que disfrutaban compañía y amistad . El ave siempre vivió allí sin conocer la atadura de una jaula, dando pasitos saltarines entre migajas, frutillas frescas y las manos venerables. El viejo y el ave se amaban. Eran felices juntando cariño y cercanía.
Un día el pajarillo se sintió curioso por conocer otros mundos. Puso a un lado el cariño compartido y voló en busca de lo desconocido. Se fue lejos a una ciudad extraña y nueva. En ella sufrió horrores.Ya no tuvo más la mano vieja para ofrecerle migas, ya no tuvo más un nido caliente, ya no tuvo más cantorías con el sol. Era, solamente un pajarillo desvalido en tierra extraña y ajena. Si bajaba de las ramas para buscar sustento o para gorjear entre transeúntes, lo alcanzaban rudas pisadas que le lastimaban el frágil cuerpecillo; si subía a los árboles en busca de refugio, otras aves lo expulsaban de su territorio. El pajarillo se debilitaba entre el hambre y el frío; se moría de tristeza y soledad. Quiso regresarse; pero ya las fuerzas no le alcanzaron y murió el gorrioncillo lejos de su viejo amigo y de las cosas que añoraba.
El final de la historia decía que por lo sucedido, desde entonces, a la nostalgia que se siente lejos de lo propio se le llama "gorrión".
Ahora he visto repetida en mí la historia del gorrión del cuento.
A la nostalgia le sigo llamando gorrión y no sé si se muere de ella en el sentido exacto de la muerte; pero sí sé cómo va feneciendo el placer infinito de degustar la esencia de eso que los mortales llamamos vida.
Como mi gorrión o como la mora de Trípoli majé mis anhelos más auténticos, deseé otros cielos, añoré otros lares y olvidé las migas que se ofrecen con el corazón y olvidé el esplendor de la perla que se había opacado de tanto jugar con ella. Surqué mares, volé cielos, recorrí caminos nuevos, inventé soporte para mi existencia y en el intento se ha cercenado mi vuelo y se han debilitado mis
fuerzas. Un mundo grande y extraño me hace un cerco y me asfixia en el intento de aspirar el movimiento del viento. La alegría grande por las pequeñas cosas se ha ido quedando atrás. Las manos tibias para apretar en invierno han ido desapareciendo. Los brazos amigos para fundir los alientos se han ido perdiendo. Las mañanitas claras con sabor a miel y los atardeceres apacibles con sonido lejano de tambor se mezclan con lenguaje extraño, con sabores ajenos y acordes descompasados.Ya no riman mis versos con los mismos acentos; ya no cantan mis notas con los mismos arpegios; ya no sueña mi almohada con los mismos sueños. Ya no anda suelto mi desenfado. En cárceles de mares se convirtieron mis playas y en desiertos calientes mis arenas blancas. Ya no siento el beso del mar sobre mis terrazas. Los romerillos silvestres cambiaron su hábitat, las palmas no hacen rondas para sus cantares; ya la lluvia no repica sobre el tejado; no se sabe si llueve o está nevando. Hay nieve en el alma y el sol de la piel se va quedando sin luz; tinieblas dentro y bullicios raros compitiendo con el silencio; ahora la Luna, ya no se ve desde mi alero y para buscar al Sol tengo que mirar al cielo; ya no me envuelve caliente desde mi paradero; como mi gorrioncillo: si subo al árbol me desencuentro y si desciendo, me muero. Ya no sé si esto es nostalgia o algún sentimiento nuevo. Abro la ventana y miro al mar con ansias infinitas de que mis ojos se lo beban entero y camino descalza para que la sal me recorra el cuerpo y cierro la puerta para que el mundo no se dé cuenta que hay una niña llorando allá dentro. Camino hacia el sol... te enviaré mi sombra si es que llego ¡ Pobre gorrioncillo de mi cuento ! En un plumaje tan pequeño no cabía tanto desconcierto ¡ Pobre niña que se quedó sin cuento ! Pero... ¿sabe qué? El avecilla muerta tenía los ojos abiertos. Tal vez sea una historia de enero. Madrigales de añoranzas sobre el sendero y el calendario sobre mis hombros... ¡ Me lo llevo !

Brindis en silencio por las estrellas


Septiembre no se detiene, como el tiempo, nos roba llanto, nos arranca besos y se queda o se aleja en dasafío, con vehemencia.Y le suceden octubres, noviembres, diciembres... ¡Diciembre! Es un mes especial. Según mis mayores es la síntesis del año que vivimos o que perdimos, que así suele ser en realidad. Por tradición es festivo, perfecto para el recuento y para trazarnos caminos nuevos.Voy a apropiarme de diciembre y hacer un brindis. Un brindis en silencio por las estrellas. Frente al espejo con mi rostro en el reflejo y una copa vacía entre mis manos, la alzo por el silencio, bebida amarga es la soledad. No deshonraré al destino con mis quejas; el brindis es por los demás, para que suenen campanas en la inmensidad y luces de estrellas recorran la eternidad. Brindo en silencio, la copa vacía y el espejo. Solemnidad. Respeto reclamado del pensamiento donde los demás no pueden entrar.
Alzo mi copa... por los desheredados del amanecer bajo el cielo de la patria, por los hijos ausentes en las mañanas; por el dolor de las madres ante las camas vacías y frías; por
los pobres de la tierra hambrientos, sedientos y sin abrigo; por las rondas de palmares que los ojos no pueden gozar; por los soldados sin regreso; por los que sueñan auroras para despertar al mundo. Inclino mi copa. Salud, cadáveres amados que duermen en reposo; salud, vivos que yacen sin descanso; brindo por los ancianos sin abrazos, por los sillones vacíos que balancean ensueños, por las marchas de mi calle con la cara al viento, por el refugio seguro para la sombra... Mi copa en la boca por los silencios devastadores; esos que gritan verdades con la pupila sin sueño, por las espumas de Luna sobre el mar bravío y por los abrazos del Sol sobre las espaldas mojadas; brindo por las ventanas abiertas de frente al mar y los lirios sobre las olas y las arenas blancas para el amor; por la belleza; por los soñadores que miran al sol; por los que fundan, por los que luchan; por los que reparten alegrías para despertar al mundo ¡ Salud !
Me embriago por las pobres playas vacías de arena, por los mares sucios de tanta vileza, por la blasfemia de los pastores; por la codicia sin cadenas, por las injusticias repartidas sobre la tierra y los pañuelos ensangrentados para la cara cubierta, por la ambición de algún profeta; por la pobreza de la mentira y la deshonestidad encubierta; por las cadenas que atan las libertades y las exponen en las plazas yertas; por los reptiles de las monedas; por las bestias en acecho para nutrirse con el desamparo; por la inocencia desflorada; por las ideas encadenadas; por tanta infancia mancillada; por las verdades amordazadas; por las mentiras disfrazadas; por el hedor de la tierra cubriendo fosas comunes; por la timidez de los que piden pan; por la vergüenza de la corrupción... Estoy hastiada, embriagada. Brindo en silencio, la copa vacía y el espejo beodo de mi reflejo; se vació mi copa. Sobran cientos de razones para quebrarla, me he embriagado de sorbos amargos para el silencio ¡ Salud !
Amigos, un brindis, el espejo y yo. Las copas repletas para el festejo. La soledad deshecha y los ojos en los ojos, las manos en las manos y en las frentes mariposas de quimeras.
Bebamos de las copas, embriaguémonos de primavera aunque sea diciembre, probemos a ver si se queda. Mis amigos me preguntarán:
- ¿ Por qué brindamos ?
Yo de reojo hago un guiño en el espejo y dibujo una sonrisa para el complot de la copa llena.Y seguro les responderé satisfecha:
- ¡ Ahora brindemos por lo que ustedes quieran !

FELIZ NAVIDAD PARA TODOS

Cartas cruzadas ( VI )




( VI )

En un lugar del mundo.
- ¡Madre ! ...
Por la ventana abierta entró un rayito de luz e iluminó las lágrimas que surcaban el rostro del hijo amado que nunca más recibirá las cartas de quien más lo amó. Una brisa suave le revolvió el cabello y él extendió los brazos, abrió las manos y acarició el aire.
Se oyeron cascabeles en la habitación.

Cartas cruzadas ( V )




( V )

Respuesta breve para el más amado, de alguien que amó a quien más lo amó a usted.

Nícol distante:
Una breve nota para informarle que su amada ya no está más con usted, ni conmigo tampoco desde hace diez años. La consumió el amor y en pocos días su cabello se tornó cual nieve; su risa ya no lo fue más y la vida la abandonó con el nombre de usted en los labios e imaginando para su amado el lugar más bello sobre la tierra. Encerrada en su habitación escribía día y noche, olvidada de alimentarse y de vivir, solo con la melodía de un marinero de luces por compañía. Escribió 480 cartas donde vertió todo su corazón hasta que este ya no lo fue más. Una encomienda recibí yo, que también la he amado: hacer llegar a usted una carta cada semana. Ya no hay más. Las suyas están todas en mi poder, guardadas y sin abrir. Pienso que es un tesoro que no me pertenece. Me lastiman. Se las haré llegar
sin falta. Señor Nícol, su amada, su madre, ya no está. Se ha quedado usted huérfano del más grande amor de su vida. De usted, alguien que amó bien a la que más lo amó a usted.
Carta 1 y única.
Cuba

domingo, 23 de noviembre de 2008




IV

Carta del más amado a quien mejor lo ha amado.

Amada mía:
Ayer el lucerito del oeste no me devolvió tu mirada, el viento no me rozó más la mejilla y cuando rodeé un talle, mis manos ya no abrazaron más. Ayer me miré al espejo y este me reflejó una cabellera con hebras de plata; pero yo pensé que por cada una de ellas tú habías donado todo el oro de las tuyas.¿Cómo son ahora tus cabellos ? Yo los beso uno a uno, amada mía. Durante todos estos años tus cartas han sido mis lanzas y cada beso que me has enviado: mi coraza, y por cada abrazo he conquistado un tramo de mi camino. Bien sé que me has sido fiel, nadie me ha amado tanto como tú y a nadie he amado como a ti .Los febreros ya suman diez y me muero por volver a verte. He sentido un miedo muy fuerte cuando he cerrado los ojos y tu rostro se me ha perdido entre la maraña de la distancia, he pensado que el olvido está tejiendo trampas y he llorado mucho ante la imagen que imploro y he sentido más miedo aún imaginando que quizás contigo el despiadado olvido ya haya retozado. ¿Me has olvidado? ¿Por qué cuatro semanas no han traído tus cartas? Maldigo mi egoísmo. Yo te amo, yo te amo, no te he olvidado. He tejido edredones con tus palabras, he resistido tempestades solo con tus besos en la distancia, me he abierto trochas con el calor de tus brazos... Ahora siento un frío terrible que me ha recorrido el cuerpo y se me ha alojado en un lugarcito al lado izquierdo del pecho.
Si me estás amando como siempre, haz que yo lo sepa. ¿Estoy en ti, amada mía? Tú, más que nunca estás en mí. Vuelve.
Tu amado
Carta 480
Un lugar del mundo

Cartas cruzadas ( III )



III
Estarás conmigo hasta en las semillas de los frutos maduros.

Al más amado de los mortales:
Quizás un día ya mis cartas comiencen a espaciarse. Nada temas, porque mi amor es el mismo, tal vez algunas circunstancias me impidan escribirte; pero conmigo estarás hasta en las semillas de los frutos maduros, en el rocío de cada mañana, en el Sol que calienta a la Tierra y en cada beso de mujer que retoce en tu cara o en tus labios. Ya no te digo más que soy quien mejor te ama, eso lo sabes bien, ahora te digo que nadie te amará como lo he hecho yo. ¿Es lo mismo? No. Tú sabes que no. Mi andante fugitivo, no olvides que tus molinos son reales, cuida de no caer entre sus aspas. Cuando lo pienso, el corazón se me hace pequeño y mis ojos se humedecen. Tráeme la paz haciéndome saber qué coraza vistes. Estoy contigo en cada travesía, mírame ahí a tu lado. Tu rostro moreno me hace revivir otro rostro moreno y tus manos largas y fuertes me sostienen por la cintura. De ellas no desearía desprenderme jamás; pero es triste darse cuenta que los abrazos "in vitro" no son cálidos. Abrázame cada día en todo talle de mujer; bésame cada noche en todo rostro que repose en tu almohada. Amores como el nuestro no se encuentran, por eso te pido que lo conserves y no lo dejes morir jamás. Tómame en cada bandera que se alce a tu lado y poséeme en cada mano que se te extienda. Haz uso de mí, que para eso me tienes y para eso te amo. Todos estos años de ausencia han plateado mi cabello e imagino que al tuyo también; pero estoy segura que seguirás igual de guapo. Todo el tesoro del Universo lo cambiaría por verte un instante y por la paz eterna de uno de tus besos y después no me importa si muero. Abrázame bien fuerte, mi Nícol.
Tú, recibe el amor eterno de quien por quererte, olvidó quererse. Hasta siempre. Adiós,
Tu amada
Carta 480
Cuba

Cartas cruzadas ( II )




II
Cintas azules y rojas


Al que más amo, de quien lo ama más:
Sin fecha , porque mis días quedaron atrapados en el calendario de un febrero, febrero de adiós y de amor. Quise darte tanto amor antes de la despedida que me quedé sin amor para repartir. Por mis cartas anteriores sabes de mí y de cómo el mundo sigue circunvalando aun sin ti; aunque para mí sí está detenido. Te llegarán mis cartas con la misma periodicidad aunque no lleven nuevos acontecimientos. Son cartas de amor. Desearía las conservaras en atadura azul y con una flor por marcador. La cinta y el jazmín soy yo que te recuerdo. Son mi color y mi olor. A la cinta rosada de tus recuerdos he agregado una nueva de color rojo. Piénsame y recuérdame aunque el tiempo no te alcance para hacerme llegar noticias tuyas, yo te perdono tu ausencia como solo sabe hacer quien ama de veras. A veces me entran unos deseos infinitos de ser viento para volar hasta tus brazos. Me llamo egoísta y entonces solamente deseo ser luz para iluminar tu camino. ¡No me detengas! A tu lado estoy. Te recuerdo siempre y te amo más cada día, temo repetirme, ¿ o me repito? Disculpa, mi amor. Solamente te digo que te amo, porque más cada día no es posible. ¿Qué lugar ocupo en tus pensamientos? No me importaría que fuera el último, lo que me llena de alegría es que me pienses. Tu juventud y mi vejez andan sueltas y no sé yo que vayan a encontrarse pronto; pero mi corazón te recorre día a día y te beso calladamente y miro tus fotos y te traigo a mi lado, eso nadie puede evitarlo. Por cada carta tuya no escrita yo tengo muchas para darte. El cariño lleva tu nombre y por cada segundo que no me pienses, yo te regalo todos mis pensamientos .Me dolería mucho que un día llegues a no ser justo. Recuérdalo. En algún lugar del mundo anda suelto mi cascabel y en este, está atada, quien mejor sabe disfrutar de él. No me despido. Hasta ahorita, mi amor. Adiós,
Tu Amor
Carta 479
Cuba

Cartas cruzadas ( I )



I

RECUERDOS

Nícol querido:
Todavía cierro los ojos y disfruto del último abrazo; en mis mejillas aún retoza tu beso y mi corazón late de prisa al ritmo de la despedida. Todo está igual a como lo dejaste, mi amor. ¿Sabes qué? Los restos de los cigarrillos que fumaste aquella noche los conservo en una cajita con ataduras rosadas. Tus cosas todas ocupan el mismo lugar y son sagradas en este santuario que es mi corazón; corazón que de quererte se ensancha y por la duda de perderte se me pierde dentro del pecho. Para ti son mis pensamientos y mis plegarias; y mis nanas, y mis canciones en tarareo y cada segundo de las horas del día. Te amo así, con las fuerzas inmensas que la separación ofrece y con el dulce reclamo de saber de ti. No te cuento de acontecimientos baladíes que sé que no te escuchan y que tú no deseas escuchar. Solamente te digo que todos te quieren y te recuerdan . En tu amigo me miro a veces y por la garganta me sube un sabor dulce y amargo; después me doy cuenta que son lágrimas; pero no te duelas, no estoy triste, tu recuerdo me anima y me reconforto pensando que los caminos se hacen grandes para ti. A veces temo mucho; pero confío en que la vida te ayude en tu empresa titánica de conquistar el futuro. Me guardo en el silencio lo que gritaría en medio de las plazas; mi silencio es un monumento a tu coraje. Si miras el lucerito del oeste, al caer la noche, nuestros ojos se encontrarán. Te amo demasiado. Piensa en mí y quiéreme una fracción de lo que te quiero yo. No más. Adiós,
Quien más te ama.
Carta 478
Cuba

COMPLICIDAD ( My green bird)


Hay un pajarillo verde que me trae de cabeza. Entre él y yo se ha establecido una fuerte comunión, como la que nace entre dos seres que comparten amor, complicidad y cercanía.
Temblando de hambre, frío y miedo, me lo trajo septiembre; lo encontré bajo un árbol con las alas y paticas rotas. Apenas lo cubría un fino plumón verde claro; las primeras lluvias mutilaron sus vuelo.
Primero fue violento, desconfiado, desafiante. Poco a poco fue adquiriendo la seguridad del moribundo que se salva ante la inminencia de un rescate. A mi lado se curaron sus heridas, de mi mano aprendió a comer y más tarde, con mi aliento, a andar.
Mi pequeña ave verde se llama Septiembre porque por esa fecha me lo envió Dios. Ahora recorre mi casa, mi cuerpo y mi alma como agua bendita que limpia mis heridas y mis errores. Duerme en cama de mimbre y lo cubre un edredón de algodón; picotea cuanto encuentra y besa mis pies con devoción. Me duele que no comparta el ruido verde del monte y del palmar; lo dejo libre y le digo que está lista; pero no se marcha. Mi pequeña avecilla verde de ojos negros, juguetona, parlante, es mi cómplice y no me abandona.Temblando abro la puerta de esta jaula que es mi casa. Ella lo sabe, porque sacude sus alas con alegría o pesar; pero no traspasa el umbral. Le hablo quedito: " A quién le cuento mis cuitas si tú te vas? Tengo miedo de perderte y me muero porque te quedes. Tuyo es mi corazón. Aquí no hay jaulas para tu cantar, aquí está la cumbre de mis hombros, refugio para tu anidar" Pienso que me entiende porque no se va.
Ojillos pequeños , vivaces cristales negros que hablan de amor. La ternura de su mirada brillante cuando se prende de la mía es poderosa. Ladea la cabeza pequeña y la apoya contra mi rostro; es la caricia que mataría de envidia al desamor. Me platica con mimos, me consuela con trinos, me hace fuerte con su cercanía. Las horas silentes ahora tienen dueño y me dicen lo que mis oídos y mi corazón quieren escuchar. Es saltarina parlanchina que me mira desde el suelo, desde allá abajo seguramente le parezco una mole erguida para sus alas pequeñas y su pico cerrado. Entonces escala la montaña de mi cuerpo, paso a paso, asiéndose como puede, hasta conquistar la cima redonda de mis hombros. Allí hace nido con mi pelo y me susurra al oído ternezas de besos y conquista el nudo de mi cuello con un coqueteo de hojarasca.
La tirana me enoja a veces. El punto de mi pluma está defectuoso, derramó tinta sobre uno de mis textos; el libro de versos tiene páginas manchadas, el refajo rosado hizo nido en su canasta y de migas, frutillas y otras cosillas más me llena la casa. Mi enojo es como el viento, viene y va; la furia desatada se esfuma cuando mi avecilla ladea la cabeza y clava en los míos sus ojillos inquietos o cuando me besa la boca con la rebeldía de su pico.
Ropaje suave de pluma verde para mis dedos fríos, piar armonioso para aplacar mis llantos, sostén de mis besos inquietos. Septiembre verde de pluma y canto, no me dejes nunca. Ni jaula, ni enojo para tu inocente dulzura; tu cuerpecillo tibio calienta el frío de mis venas y me ayuda a alentar el gélido cierzo de mi andar cansado... pero yo le abro la puerta para que compita con el sol y ella... ¡ Ah, misericordia! Opta por la jaula de amor que son mis besos. ¡Cómo te amo, Septiembre!

sábado, 22 de noviembre de 2008

Los rosales calientes se levantan


(para mi esposo)
_ Te amo.
_Yo también.
_ ¿Te dije que te amo?
_ Lo dijiste.
_¡ Te amo!
_ ¿Eh?
_ ¿ Estás sintiendo que te amo?
_ ¿ Te percatas que te tengo entre mis brazos?
_ ¡ Cuánto te amo!
Los haces tibios del sol descubrieron los cuerpos fundidos sobre las sábanas tibias y tímidas, testigos del insomne fin de acto de un amor de cuarenta otoños.
Los rosales calientes se levantan en la frente de los amantes y las manos convulsas calan en cada luna orilla con orilla, mientras aguardan quién sabe cuántos inviernos que restan de la vida. La espuma besa la espuma.
Al amor de otoño le nacieron alas.

MAGIA


Un día una luz blanca se detuvo en mi ventana abierta. Al ir a tocarla se desparramó por mis dedos y en la palma de mi mano hizo nido.Quieta. Irradiando destellos de cristal se tornó azul. Habló para mí y un tintineo de cascabeles al viento se esparció por la habitación. Pensé que soñaba; sin embargo escuché:
- ¿Qué deseas? - Me dijo.
- Para mí nada. Solo anhelo que Dios tome de la mano a mi hijo porque sé que caminando a su lado aprenderá a hacerse sendas; anhelo también el perdón de mis muertos y la alegría de mis vivos; sería feliz si en el mundo se repartieran el pan, la paz y la hermandad - Pedí como un torrente.
-Y tú, ¿qué quieres para ti?- Volvió a interrogarme la luz,cada vez más brillante y azul.
Sin vacilar respondí:
- Si poseo esas bondades... morir - Así de firmes y sinceras sonaron mis palabras.
- Sea - Dijo el ser de luz y así como cerró alas en mi ventana, las abrió y se alejó. Sobre mi palma tibia vi nítidamente reflejada la presencia de Dios.
No he muerto. Me desperté.
No he despertado. He muerto.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Antítesis


El hombre miró hacia la Tierra. Musitó:
-¿Qué es la ternura?
Comienza el viaje...
"Una palabra menuda que anda suelta entre unas mansas y otras llenas de bravura . Es la distancia que media entre la Tierra y la Luna; es la verdad donde la mentira se oculta; es una llave que hace estallar todas las corduras; es la imagen de una virgen cuando la razón se nubla y es más que un abrazo, o que un beso, o que una mirada oportuna; es la lágrima prohibida para el que no llora nunca, es la canción que se oye y que no se escucha; es la imagen de un niño dentro de una pupila; es la palabra que existe y cuando descubres que falta... es porque ya se agotó la vida. Yo no te cambio, Ternura, por todas las palabras que eslabonan la distancia desde la Tierra hasta la Luna".
Así dijo. Miró hacia el cielo. La cara fría de la Luna le golpeó en el rostro. Una lágrima se deslizó bajo la escafandra. Era un astronauta.

*Primer día del siglo XXII.

Cuento con alas


-Mamá, invéntame un cuento.
"Un octubre te brotarán alas. Enseguida querrás probar cuán fuertes son y en franco desafío retarás las adversidades.
-"No te expongas a mi inclemencia"-Te dirá la lluvia, pero tú pensarás que es llovizna pasajera.
-"Aléjate de mis azotes"-Aconsejará el viento. Tú dirás:
-"Sólo brisa suave eres".
-"Mis rayos pueden abrasarte"-dirá el Sol y tú asegurarás que su turbulencia no te alcanza y que su tibieza es suave.
-"Vuela, hijo mío, pero cuando sientas frío ven a refugiarte en mi regazo"-Seguro dirá tu mamá.
"Entonces desafiarás las tormentas, las avalanchas, las furias del fuego y en cada batalla perderás un pedacito de tus incipientes alas o quién sabe si ya fuerte plumaje. La lluvia te mirará soberbia. El viento te golpeará la mejilla. El Sol sonreirá con desdén. Ese día vas a recordar que tienes un refugio cierto para alentar tus desvaríos .Ahí estarán los brazos de tu madre que restañan las heridas y devuelven con besos la vida."
-Abuela, invéntame un cuento.
-Enseguida, mi reina, espera un tantito. Estoy consolando a tu papá.

Mensajes de la Luna


Se prendió a mi falda una violeta con saña y no me di cuenta de su presencia;
Descubrí un lucero que se colocó la Luna Creciente en la cúspide de su lateral
convexo, como si fuera un sombrero y no comprendí lo que ofrecía el lucero;
Me cegó una luz de cuarzo la pupila de mis ojos y me alumbró por dentro
Y yo ni pretendí que fuese mi derrotero.
Me enamoró un verso mañanero y me aleteó juguetón por todo mi universo
y yo... dejé que se despidiera sin darle un beso;
Me sacudió un temblor febril y se deslizó por mi cuerpo
y yo... me cobijé con raso y aplaqué el frío de la madrugada;
Una mariposa rozó mi boca con un beso
y yo... la asusté con mi aliento;
El mar quiso llenar mis ojos de inmensidad azul
y yo... ¡Pobre de mí!;hundí mi mirada en la arena de la playa;
El amor desafió mis pasiones
y yo...lo oculté entre los suspiros del pecho;
Una lágrima dulzona refrescó el ocaso de mis ojos
y yo... me la bebí sedienta;
La ternura hizo nidos en mis brazos
y yo... que el viento los deshiciera;
El viento abrió mi ventana y me besó la cara
y yo... Mi mano aplastó el beso a la ventana cerrada;
Manos de niños se fundieron con las mías,
Mustias manos angélicas de viejos amados acariciaron mis dolores
y yo... me quedé sin ellas;
Las campanas de la iglesia vieja tañeron para mí
y yo... me perdí en otros ecos sin reconocer las campanas;
Las bendiciones de ángeles me acariciaron el oído con bálsamo de palabras
y yo...incrédula...me quedé sin palabras;
La noria del tiempo me mostró el punto exacto para la parada
y yo...con mis anhelos a cuestas detrás de puertas cerradas;
pobre, infeliz, esperando mensajes que nunca llegan;
ciega y sorda, siempre llorando quejas...
"Y dices que eres poeta!"
"Y dices que eres auténtica!"
"Tú que miras al cielo solo cuando
hay Luna Nueva;
buscando con los ojos el brillo cegador
de alguna estrella;
mientras la luna está tan cerca.
¡Infeliz! Para ti siempre será mañana.
Mi brillo azul ya está llamando
tras otra ventana."

Los amantes de la colina




Sobre la tierra húmeda de la colina se yergue el tronco viejo de un árbol centenario, grueso, seco y endurecido, cobijado por ramas tan añejas como él mismo .Bajo su escasa sombra los amantes.
Desde lo más alto de la colina rumorea el viento , sensual música arrancando ondular cadencioso a las hojas pardas negadas a perecer en la languidez del árbol enhiesto; pero caduco. Sorteando la sombra oscilante, entre la yerba húmeda del tapiz del suelo, las bocas sedientas de los amantes , recorriéndose el cuerpo. Llovizna.
La savia oculta del tronco viejo ensanchándose por las venas de sus vasos bajo la corteza profunda, pugna por ascender a las hojas ondulantes . El fuego de la sangre en los cuerpos desnudos sobre la alfombra del césped mojado, soltando amarras a la timidez.
Los amantes de la colina, después del amor , se quedaron dormidos. La llovizna pudorosa y tibia ha bendecido sus cuerpos abrazados y de las ramas del árbol gotean ambarinas las delicias del amor. El árbol y los amantes, la lluvia y el sol; paraíso reservado al otro lado del mundo donde solo hay espacio para la orgía inocente del más puro poema de amor.
La incitante brisa con aromas dulces de entrega y cabalgadura escala las laderas añejas del árbol y estremece las ramas con sacudidas suaves, ondulantes ,que despiertan a los néctares escondidos y ascienden lentos y voluptuosos, desde la raíz de la tierra hasta las ramas de la vida . Beso a beso los amantes mezclan sus humedades con la miel de su cariño prohibido . El árbol se estremece y en la rama olvidada brota un nuevo retoño . El viento lleva cantares de amantes que son suspiros y quejidos sordos de ramas secas del árbol de la colina . Bajo su escasa fronda se ha dibujado un niño y allá por la copa turbada , ha nacido un botón . A las plantas del viejo árbol de la colina los amantes sudorosos se sonrojan y sus miradas plácidas descubren el retoño tardío imaginando que algún beso ascendió hasta la copa.

El calendario


El calendario nuevo, el bonito, el que tiene impresiones de imágenes celestiales y angelitos, está todo ajado, manchado, con marcas tristísimas sobre el empapelado. De círculos, cruces, arabescos y tachaduras enfadadas se han llenado las hojas del calendario del año; el que recibí como obsequio el último día del año y sin papel de regalo. Qué triste, huérfano y sucio está mi calendario! Parece una noria cien veces comenzada y no acabada. De símbolos, señales, marcas y huellas, están preñadas las horas del año que indican el tránsito por el tiempo que es la vida. La pluma violenta y cobarde ha derramado las ausencias de mi corazón en caracteres azules, negros o rojos como si el calendario pariera cielos, pozos o flores. Cuánta nostalgia para un calendario! Tanta belleza manchada!.
"Y estos círculos azules que redondean lunes, miércoles o viernes a su antojo?"
"Ah, son los días en que escondí mis enojos"?
"Y estas cruces tan inquietas"?
"Ah, son las noches en que pensando en ti me quedé despierta?"
"Y aquel corazoncito rojo tan risueño?"
"Ah, ese señala el último día en que me diste un beso".
"Cuántos más tienes de esos?"
"Mi calendario no miente, es el único corazoncito en tantos meses".
El calendario, ni niño y yo nos quedamos en silencio.
"Y todos estos símbolos tan extraños?"
"AH, esos indican los días en que me moría por uno de tus abrazos".
Mi niño en silencio y el calendario hablando.
"Y estos signos aquí dibujados?"
"Ah, esos indican los días en que me dejaste llorando".
"Y estas florecillas silvestres?"
"Ah, son los días en que me quedé sin verte".
El aire curioso violentando los secretos descubiertos a mi calendario.
"Y este otro símbolo tan raro, arcaico?"
"Ah, no es tan raro, indica el día de mi naufragio".
Callados. Indiscreción de los ojos curiosos sobre la memoria de mi diario. Símbolos indomables rebelándose aun sin dar batalla, simplemente hablando de los días arrancados a la alegría de mi vida y expuestos en mi calendario.
"Y estos días, madre, que están desiertos?"
"Ah, fueron días de silencio".
"Por qué tantos, madre, con lo que yo te quiero?"
(Mi calendario y yo como la hoguera y el fuego).
"Ah, no tiene importancia. Mi calendario y yo sabemos de esto. Si me abrazas ahora, invento un símbolo nuevo. Ya ves; para todas las hojillas tristes le he dibujado un cielo".
Mi calendario tiene diseño nuevo; pero las señales viejas siguen allí y más que huellas sobre el papel, son heridas que llevo por dentro.

La mitad de mí misma


Para Leonardo, mi amigo viejo, que con la sabiduría de los años y la ternura del cariño,
me enseñó que la mitad de la vida está en uno mismo, solo hay que empezar a vivirla.

Yo tengo un amigo viejo que siempre viaja conmigo. Me escupe verdades al rostro como huracán embravecido. Lleva mi esqueleto a cuestas y se refugia en mi abrigo .Descubre como nadie mis secretos, se los guarda; pero con ellos me arranca a jirones pedazos de mi cuerpo. Me aconseja .Me golpea .Me mima. Hace que brillen mis pupilas.
"Está bien que llores por la pérdida de una parte de tu vida." "Pero y ¿la otra mitad escondida?"
“Está bien por las sombras, por la mentira” ¿Pero la luz que aún brilla?
"Está bien por la ausencia, por la partida". "¿Pero acaso no se restañan las heridas?"
"Está bien por el fuego apagado, por las ansias reprimidas"."¿Pero acaso no humean aún las cenizas?"
"Está bien por la carne desnuda, por la herida"."¿A qué esperas para estar vestida?"
"Está bien por la cama fría, por la almohada vacía"."Pero... ¿dónde queda la otra mitad de tu vida?"
Yo tengo un amigo viejo que ensancha mis venas con esperanzas compartidas, lacera mis impotencias, me convierte en polvo de mí misma y me sacude para la estampida. Yo tengo un amigo viejo que es la mitad de mí misma; la mitad de mi cuerpo que se esconde en huida y azota mis nostalgias con realidades perdidas y me anuncia que la otra mitad de mi cuerpo aún respira. Yo tengo un amigo viejo que es la mitad de mi cuerpo. Yo tengo un amigo nuevo que es la mitad de mi vida. ¡Cómo quisiera empezar a vivirla!.

Póstumo poema de amor



Hay un lugar sobre la tierra, o bajo ella,
que quisiera limpiar con besos;
pulgada a pulgada recorrerían mis labios
la frialdad del mármol o la oquedad perdida,
como se besan los pies de un rey que ha muerto
o los de un santo cuando ha nacido.
Allí abrasa el sol, llueve luna y se infiltra
la bravura para devolver con gloria de besos
el calor, la belleza, la dulzura y la vida,
a esos guerreros nobles que no descansan
desde sus tumbas...Hay un lugar que limpiaría
con besos :la tumba de un guerrero.
¡Estrellas nuevas sobre los sepulcros! .
Sobre sus huesos desnudos se cernió el orgullo;
cadáveres andantes que en vigilia incorruptible
cabalgan entre la llovizna, el cierzo y el fuego;
son simplemente guerreros de la aurora,
muertos sagrados que no podrán ser mancillados
con la mediocre blasfemia del que está vivo;
son mástiles enhiestos en la profundidad del mar,
son astas preñadas de blasones tricolores
-firmes a pesar del viento-
son estertores de pelea cuando se acaba la batalla,
son vivos que andan entre los muertos y desde allí
se suman estrellas y dirigen la cruzada.
Sobre sus marmóreas tumbas: los besos,
para limpiar con la humedad de los labios
la mugrienta vileza del olvido y la impotente
tristeza de no poder vestir sus huesos
con la carne flameante de una bandera.
Ya sé, hay un lugar sobre la tierra o bajo ella
que limpiaría con besos para que el calor
de mi boca aliente a los huesos yertos
que cabalgan en carrozas de fuego;
y los amaría con ternura de fuente
porque quién sabe si sedientos
-antes de la batalla-
no les preguntaron desde cuándo
no los humedecía el calor de un beso.
¡Un minuto de silencio para los muertos!
¡Un toque de estrellas para los guerreros!

Para cuando seas viejo


Para nuestro niño Alex, que algún día,
dentro de unos cuantos siglos será viejo...


...y ya tus bríos hayan menguado y estés cansado porque la vida absorbió la savia de tus huesos , para entonces...
No te sientas opacado, ni desconocido, ni ignorado;
No camines encorvado con la vista clavada en las piedras del camino;
No permitas que los pensamientos hagan nido en tu frente;
Ni te quedes llorando cuando las puertas se cierran;
No le temas a la soledad hiriente;
No te quedes esperando un beso tibio cuando más lo quieres;
Ni te duela que no te escuchen;
Ni desees que te necesiten de vez en cuando;
Ni te desgastes aconsejando;
No te sientas estúpido, ni prestado, ni usado, ni abusado;
No escondas el temblor de tus manos, ni tus arrugas, ni la piel y el alma lastimadas;
Ni busques los rincones para mirar fotos viejas;
Ni hagas manojitos con las cartas atrasadas;
Ni llenes tu cuarto con muebles viejos como tus recuerdos;
Ni repitas las mismas palabras;
Ni olvides lo que harás mañana;
Ni pretendas con esfuerzo que los demás oigan tus charlas;
Ni te esmeres tanto en las labores cuando al final quedan a medias;
Ni reces tanto por las noches porque te desvelas;
Ni oigas esa música vieja;
Ni hagas historias que ya nadie espera;
No quieras ir tan aprisa para disimular tu lentitud;
No amases tus recuerdos como si fueran tesoros de lejana juventud;
No extrañes tanto las calles de tu pueblo y de tus ojos la luz;
Ni te quedes contemplando cada niño como si fuese el tuyo;
Ni te pongas triste cuando un amigo de la infancia se haya ido;
No busques pretextos para quedarte a solas y jugar con las sombras si afuera es de día aún;
Ni te atormentes pensando que ya no puedes; porque en realidad no puedes...
Ya eres viejo y estás haciendo lo que hacen todos los viejos:
Cargando sus años y el tiempo.
...Pero si puedes y la lucidez te asalta, arrancando dádivas al tiempo, haz voto de paz para estos ya viejos tuyos, que para entonces tendrán siglos de muertos,
Tus viejos.

Pido permiso a septiembre



Para Cucho

Por todo lo que me ha arrebatado septiembre o quizás por lo mucho que me ha dado le pido permiso para remembrar un junio . Junio o septiembre, el corazón se llena de amor y ternura . El calendario es así. Desdichados de espíritu los que no se rinden al calendario.
Es junio convulso . Estertores de despedida, hora de decisiones, de encrucijadas . Ante la vida el reto inmenso del destierro y la novedad ante lo desconocido.
Pido permiso a septiembre, a junio y a la muerte. Digo muerte con el sabor agridulce de la pérdida y con la ternura infinita hacia alguien que pactó con la muerte para hacerme feliz.
Historias hay por ahí de que a la muerte no se le reta . Dicen que cuando aparece con su rostro pálido y guadaña al ristre, no hay quien se le resista . He escuchado también que es sorpresiva y que no avisa para evitar que la presa escape. Rumores recorren las noches de terror; la muerte es implacable, cruel, certera.
Desmiento.
Un viejo tuve que no supe comprender hasta que partió. No creerán que pactó con la muerte. Tuvo una razón muy poderosa que cuando se reveló ante mi vista me hizo daño tanto, que me duele cada día y hasta el final de mi vida o de mi muerte, solo así la deuda se saldará.
No sé si mi egoísmo, o el amor desmedido por otro ser querido, o la locura incauta que nubla la razón de los cuerdos, digo que no sé qué; pero dejé a mi viejo; por un tiempo me dije; pero lo abandoné en otros brazos.
Yo sé de muertos que se fingen vivos, y de vivos que sin saberlo ya están muertos. A los primeros no les alcanzó la vida para ser buenos y a los últimos, solo con la muerte, si acaso, se acercarán a lo que perdieron. En junio o septiembre, los que se quedaron o los que partieron, con el alma rota o en derrotero, estaremos juntos, ¡YO TE LO PROMETO!
Esta no es una historia macabra . Es la más linda historia de amor que septiembre o junio hayan escrito. Mi viejo se llamaba Cucho. Cuando partí estaba muerto; pero me hizo creer que vivía . Pactó con la muerte y me dejó ir a tierras extrañas pensando que aún viviría por mucho tiempo. Me despidió sonriendo, me alentó en la lejanía y yo no sabía que estaba muerto. Si no lo saben ustedes, yo les cuento: yo sé de un viejo vivo que me despidió estando muerto.
Un día volví a su retiro. Allí donde el silencio es de muerte. Sobre su tumba fría, olvidada, al descuido del que no tiene sombra, con la tierra sobre el cuerpo y una losa sin nombre, allí como los demás muertos, yo sentí que su alma y sus ojos volvían a mi cuerpo. Una extraña sombra con una luz por dentro me abrazó en silencio y muy quedito al oído me dijo:"¡Cuánto lo siento!” . Ahora ya no sé cuándo junio cae en septiembre. Yo no sabía que la muerte, a veces , hace pactos con los muertos para que algunos que están vivos no se olviden jamás de la fuerza de los sentimientos. Yo no vivo más, mi viejo Cucho , perdóname junio, ya sabía yo que algún lazo oculto nos ataría los cuerpos. Feliz cumpleaños, mi viejo, que cumplas muchos septiembres. Yo te quiero.

*26 de septiembre de 1909
+ 9 de junio del 2001

Yo sé de un muerto que camina, que habla, que come, que ríe, que sueña y que hasta hace planes con la vida. Yo sé de un muerto que canta y que para llorar se oculta. Yo sé de un muerto que deambula por los corredores para que nadie sospeche que su alma no está entre los vivos. Yo sé de un viejo que estando muerto se fingió vivo y me dio permiso para que yo fuera feliz o al menos lo intentara. Yo sé de un viejo que me amó tanto que pactó con la muerte. Yo sé de un viejo que me miraba con sus ojos bien abiertos cuando desde hacía mucho los tenía cerrados para siempre.

Luna de San Valentín



Era noche de San Valentín. La Luna Llena de febrero todavía grande se quedó rezagada y la oscuridad sobre la Tierra no le alcanzó para ocultarse. Entera en el cielo la sorprendió el arrebol.
Afuera, sobre el techo de la Tierra, la Luna trovadora. Dentro, en habitación cerrada y cama mullida, una madre moribunda tratando de robarle tiempo y fuerzas a la vida cuando ya la Muerte la tenía abrazada y en entrega solo permisible para las madres el miedo más que por la partida, por la orfandad desvalida. El hijo escuchó el susurrante balbuceo de la madre amante.
- ¿Me llamaste, madre? ¿Para qué me necesitas?
- No, hijo, no te necesito ahora; pero dime si me necesitas tú, si en algo puedo ayudarte.
Era noche de San Valentín. Ultima noche de La Tita y de su casi póstumo regalo de amor. La Luna esperó el amanecer para romper el celofán. El Sol recibió un nuevo rayo de luz. La Tita murió antes de que amaneciera. La Muerte envidiosa la privó de la aceituna gitana de su piel morena y del contoneo mulato de sus caderas. Le negó el clavel rojo en la suelta cabellera y el chal escarlata sobre los hombros desnudos. La Luna Llena le regaló el último regalo de amor en la ceiba de sus brazos y el insistente reclamo que repite en despedida:"Dime si me necesitas".
Desde entonces la luna de febrero cala peineta y despliega cabellera de luces para que el hijo sienta que desde el cielo, su madre siempre está presta.
Nadie sabe por qué la Luna de San Valentín es tan coqueta, ni por qué descansa en cada nube para estar bonita cuando amanezca. Yo sé. Le regalo un requiebro y le envío un beso con la punta de los dedos para que entienda que el hijo de La Tita es mi compañero y para que antes de perderse en el cielo le mande señales de que jamás como ella, pero yo se lo quiero.
Luna de San Valentín, gitana mulata de moruna cabellera y clavel ceñido detrás de la oreja, ya puedes apurar tu paso por el cielo y esconderte antes de que amanezca, aunque nadie lo sepa, yo sé a quién esperas.

La flor de la caña


A mi mami en la distancia.

Cuando la ausencia es larga, tan larga que olvida el eco de las voces amadas, entonces se acortan las distancias con llamadas breves que ensanchan las venas y acarician el alma. De presencia imaginada los minutos se desgastan y torrentes de palabras se dicen como si con ellas pudieran borrarse las horas larguísimas de la nostalgia. Mi mami y yo estamos enfermas de distancia; pero ni yo le digo que me muero por abrazarla, ni ella me dice que sin mi presencia su vejez es más larga.
Colmamos la lejanía que nos separa con ternezas y con besos para que se acorte el tiempo de la espera. Si la voz me tiembla y la garganta balbucea...mi mami sabe que necesito aliento; cuando mi añoranza es más impaciente, ella alivia mi prisa con risas y palabras nuevas; me provoca a través del éter y me incita a hacerme grande, tan grande como ella que me confronta y entre sonoras carcajadas y enojos dulces me dice que no sufra por ella; porque es pura flor de caña. Yo río. Ella no ve mis lágrimas.
Mi mami huele a miel en la distancia y se auto -describe alta, fina, fuerte, ligera, enhiesta flor de caña en el verdor de mis campos desdibujados en mi esperanza. Entonces me mima y me llama florecita silvestre, calladita, tímida en su pequeñez; pero linda como ninguna otra y en su sabiduría materna y vieja , me reta a que como espiga de caña me yerga hasta el cielo y me desparrame; y florezca; y baile cadenciosa; y alborote el sembradío y que me olvide de andar por allá pegada a la tierra, expuesta a ser hollada por una bota inclemente. Así me entusiasma y aligera mi melancolía. Yo bien sé que mi flor de caña en las noches se torna violeta; pero nadie puede ver el rocío sobre sus pétalos cuando despierta; porque como genuina flor de caña, dura, enhiesta; despliega su cabellera gris, despereza su corola bullanguera y compite con las palmas, que recortadas entre el azul del cielo, exhiben más que verdes, los penachos rebeldes en los amaneceres. Entonces yo quisiera seguir siendo la florecita triste de la pradera; pero asirme a la espiga fuerte que es mi mami, entera; y fundirme con ella como la enredadera, hasta que mis pétalos ajados se confundan con la miel ambarina que gotea presumida desde lo más alto de la espiga de caña, que a pesar de los años, las penas y la distancia, sigue siendo del cañaveral ufano, simplemente: la reina!

Mami Lucía


Mami Lucía nació cuando se pintaron de blanco las yaguas de las palmas; brotaron los azahares al limonero y la manigua repetía el eco de los amaneceres campesinos. La cobijaron hamacas de puro saco y brazos de pura luz de virgen, María, la abuelaza estoica que defendió a sus cachorros de la jauría de la pobreza como leona parida, con dientes fuertes y la mirada perdida. Así nació Lucía y repetida. Tal vez por ello es del monte, de aroma y de felino. Llana, sin ataduras para su lengua, ni camuflajes para su sentir. Es de algodón y de acero, de monte y de sabana. No sabe de puertas cerradas para el viento y los amigos. Sencilla y humilde como una violeta; pero sin timidez. No sabe de números ni de letras; ni de libros, ni poetas, ni de Historia; pero calcula distancias, opina sobre lo que le place acentuando llanas y esdrújulas a su antojo; escribe en jeroglíficos y se extasía de héroes. Sus versos no riman porque ni ella misma sabe que los escribe, cuando emborrona cuartillas con pulso tembloroso y se reparte en hijos ausentes. Envía abrazos del tamaño del mar, bendice como si fuera El Papa, aunque no sabe dónde está El Vaticano; acorta los meses y acelera los días, se enamora de la belleza y ríe como cascabel que despierta al vecindario; reparte alegría, no ama el dinero, pone rosas a sus muertos y cuando llora lo hace hacia adentro. Le sobra en bondad lo que le falta en el lucro y se siente feliz con lo que a otros no les alcanza. Del monte le viene silbar como sinsonte y del viento su aleteo. Se achica cuando llueve y ante una dificultad crece; la luna llena de enero la torna niña y se pregunta si será así de grande bajo otros cielos. Se reparte en cariño y se divide en besos. Es vieja por fuera porque agotó su plenitud en la batalla por la vida; pero es niña por dentro; es tan bella que alguna flor misteriosa todavía abre para ella y ni con eso se queda, porque comparte el milagro hasta que amanezca. Mami Lucía no es de septiembre, desde enero a diciembre lleva flores en su sombrero; en invierno o verano flota en mis versos y en mi pensamiento. Ni versos, ni pensamientos podrán expresar todo lo que la quiero. Es mi coraza en el destierro y plumaje suave para descansar en el tiempo.



“Porque es muy grato, sobre
la frente
sentir el roce de un beso
ardiente
que de otra boca nunca es igual”.
José Martí

miércoles, 19 de noviembre de 2008

La posesión



Yo tengo un amante secreto que es mi dueño. Me domina, me subyuga y me arrastra en desatino cada vez que lo ordena. Me violenta, resquebraja mis fuerzas y me deja temblando de los pies a la cabeza. Soy su esclava voluntaria, sierva débil ante sus impaciencias. Me toma por la fuerza y me posee. Se conoce todo mi cuerpo y hasta lo más íntimo de mi cerebro. Lleva ventaja sobre mí y me ordena.Obedezco. Rendida a sus deseos desfallezco.
No sé qué extraño poder ejerce; pero me entrego y al final de la batalla, cuerpo a cuerpo, disfruto en silencio los delirios que ha vertido sobre mí. Entre mi amante y yo existe un pacto secreto no sé desde cuándo.Y yo sucumbo rendida en cada encuentro. Sus locuras me envuelven y me hace su cómplice; desenfrenadas locuras que dejan huellas indelebles sobre mi piel y mi esqueleto, ese ser extraño de este o de otro mundo, que llegó a mi vida para hacerme crecer por fuera y por dentro, es mi dueño. Invisible amante, tangible ; pero secreto.Toma mi mano con la suya y haciendo maravillas, locuras, desacuerdos, la lleva donde quiere hasta quedarse quieto. Después sonríe, me besa y desaparece. Entonces...
En la página virgen sobre mi escritorio, se han dibujado cientos de caracteres, que logro descifrar con ayuda de la imaginación maltrecha que ha sobrevivido a la entrega. Enlazo letras, ordeno oraciones, coloco signos y leo el mensaje a veces loco, que resulta mi texto. La pluma caliente se queda estática y mi cuerpo relajado desentumece sus miembros. Así, una y otra vez, siempre que a mi musa extravagante se le antoja el regreso y vuelve a tomar mi mano con la suya y repite los excesos. No sé desde cuándo se convirtió en mi amante, violento y tierno, loco y cuerdo; pero yo me rindo y lo sigo esperando con la página en blanco y mi cuerpo dispuesto.
Ser extraño y bello. Días hay en que se aparece alegre y pienso que va a jugar con las letras; pero sin advertirlo se torna triste, me arroja nostalgias y añoranzas sobre el tintero y termina por llenar las páginas de historias que hasta a mí me duelen cuando las leo y acabo llorando por tantos recuerdos, recuerdos ajenos de este ser divino que no supe cuándo se apoderó de mis sentimientos; ni sé de dónde vino, ni si es inventado o verdadero; o si es aquella estrella que yo desde niña miraba debajo del alero y que veía tan lejana en mis anhelos, quizás descendió del cielo para cobijar mis sueños. De cualquier manera, yo lo espero. Mis textos tienen autor y yo… dueño.Y si ustedes desean, a ambos se los presto, para que me paguen con creces el apoderarse de mis sentimientos; de todas formas, con ellos, yo siempre me quedo.