sábado, 22 de noviembre de 2008

Los rosales calientes se levantan


(para mi esposo)
_ Te amo.
_Yo también.
_ ¿Te dije que te amo?
_ Lo dijiste.
_¡ Te amo!
_ ¿Eh?
_ ¿ Estás sintiendo que te amo?
_ ¿ Te percatas que te tengo entre mis brazos?
_ ¡ Cuánto te amo!
Los haces tibios del sol descubrieron los cuerpos fundidos sobre las sábanas tibias y tímidas, testigos del insomne fin de acto de un amor de cuarenta otoños.
Los rosales calientes se levantan en la frente de los amantes y las manos convulsas calan en cada luna orilla con orilla, mientras aguardan quién sabe cuántos inviernos que restan de la vida. La espuma besa la espuma.
Al amor de otoño le nacieron alas.

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