sábado, 22 de noviembre de 2008

MAGIA


Un día una luz blanca se detuvo en mi ventana abierta. Al ir a tocarla se desparramó por mis dedos y en la palma de mi mano hizo nido.Quieta. Irradiando destellos de cristal se tornó azul. Habló para mí y un tintineo de cascabeles al viento se esparció por la habitación. Pensé que soñaba; sin embargo escuché:
- ¿Qué deseas? - Me dijo.
- Para mí nada. Solo anhelo que Dios tome de la mano a mi hijo porque sé que caminando a su lado aprenderá a hacerse sendas; anhelo también el perdón de mis muertos y la alegría de mis vivos; sería feliz si en el mundo se repartieran el pan, la paz y la hermandad - Pedí como un torrente.
-Y tú, ¿qué quieres para ti?- Volvió a interrogarme la luz,cada vez más brillante y azul.
Sin vacilar respondí:
- Si poseo esas bondades... morir - Así de firmes y sinceras sonaron mis palabras.
- Sea - Dijo el ser de luz y así como cerró alas en mi ventana, las abrió y se alejó. Sobre mi palma tibia vi nítidamente reflejada la presencia de Dios.
No he muerto. Me desperté.
No he despertado. He muerto.

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