miércoles, 7 de enero de 2009

Desde orillas opuestas


"¡Qué tonto es le puente: cree
que construyeron el río para
que bajo él corriera!"
Excilia Saldaña (Escritora cubana)

Por muchos años llevé conmigo el libro "La noche" de Excilia Saldaña. Entre sus páginas he encontrado textos muy bellos que me han cautivado por hermosos y por sentenciosos. Este que encabeza mis reflexiones es uno de mis preferidos.
La sentencia de la escritora, bellísima sin dudas, me hace tomar partida desde la orilla opuesta. ¿De qué se jacta el río? ¿Qué culpa tiene el puente si no puede juntarse con el mar? ¿Qué culpa tiene el puente si no le permitieron llegar más allá? ¿Quién le dijo al río que sin el puente los transeúntes pueden soñar? Me enojo con el río. A cada cosa su lugar. ¡Qué triste el río sin poder sus orillas juntar! ¡ Qué triste el mundo con las gentes desde orillas opuestas, que por distantes son extranjeras ! ¡ Pobres gentes desde orillas opuestas ! ¡Qué huérfano el río que no las puede amar ! No es hermoso ver pasar los barcos desde la orilla, lo alegre es desde el pedestal . Lo grandioso es verlos desde arriba porque solo así, valoras su calar. No es hermoso decir adiós desde la orilla. Lo importante es poder juntar las manos sobre la barandilla. Qué importa que la corriente sea limpia, cristalina, si solo corre de arriba hacia abajo, o al revés, que en definitiva así es la vida; pero qué lindo si allí está el puente y se ve todo ; pero desde arriba . ¿ Quién le dijo al río que el puente se cree superior en desafío? ¿ Qué culpas tienen aquellos que desde la orilla tienden las manos al vacío porque no ven el puente sobre el que podrían estrecharlas sin frío? Para abrazarse sobre él está el puente y no solo para que por debajo fluya la corriente. El río es hermoso y él lo sabe, que bien murmurino y cantador es. Le llaman poderoso, a veces hasta infinito. Siempre desde la orilla. El lado feo del río solo se ve desde el puente: junto al remanso, un remolino.Tal vez por esto al puente no le quieran bien.Yo te invito a que subas al puente y a que contemples el río desde allí. No te asustes, aprende. Junto con la hermosura que verás correr bajo tus plantas, observarás las zonas oscuras, sucias y contaminadas del serpenteo. Observa lo que te ofrece el fondo y descubre entre nidos de algas y turbios remolinos, la hermosura de las cosas feas; no para extasiarte con la realidad inmunda; sino para que con la resistencia de tu ternura, conviertas al abismo revuelto del fondo oscuro, en el espejo plateado que solo ves desde arriba cuando te estancas en una de sus orillas.Ven conmigo al puente de mando que es el del río y no lo creas tonto, ni engreído. Ya no sé si me enojo con el río.Ya no sé si desvarío. ¿Qué culpas tiene el río si el mundo se complace en decirle que es lindo? De todas formas ahí está el puente y desde su pasarela, gentes como tú o como yo, en franca alianza con el frío, nos apretaremos las manos para que el corazón no muera aterido. ¿ Puente o río? ¿Río o puente? ¿Tú o yo? ¿Tú o el mundo? ¿ O el mundo de frente al río? El río, el puente y nosotros.
Ya no tengo más "La noche". Regalé el libro a una persona muy importante para mí porque deseo que aprenda, que para valorar las cosas hermosas de este mundo, es preciso subirse al puente y no contemplarlas desde la orilla. ¡ Ojalá tome partida !

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